jueves, 4 de julio de 2013

Sobrecogedor

Luis se encontraba sobrepasado por la situación, incluso sobrecogido. Ahí, a las puertas de la cárcel de Soto del Real, como un sobrero al que devuelven al corral, se propuso sobrellevar su penitencia lo más dignamente que pudiera. Se sobrepondría a esta delicada situación sin duda alguna. Consideraba, con rabia, que había sobrestimado la fortaleza de su posición. Habría que sobrevalorar de nuevo sus cartas, lejos de la sobrexcitación del momento. Iba a necesitar un sobreesfuerzo extra para calmarse.

Él, que siempre había sobresalido entre sus compañeros de partido, sin tener que sobreactuar, sin apenas ningún sobresalto en años, veía como la opinión pública se sobrexcedía contra su persona vilmente. Como incluso lo llamaban con el sobrenombre de “Luis el cabrón”. Estaba a punto de sobreexplotar, en un límite casi sobrehumano.

Pero se guardaba un as en la manga, algo que suponía que podría sobrescribir la historia. Tenía en su poder sobrecogedoras informaciones que podrían sobrevolar las cabezas de algunos de los más importantes sobrecargos del partido, y es más, se sobrentendía, que si llegaban a salir a la sobreexposición pública sobrevendría un enorme tsunami sobre ellos. El tema de los sobresueldos seguía coleando. Si lograba controlar esa sobrepresión a su favor, obtendría quizás un sobreseimiento de su causa judicial.

En la última sobremesa compartida con los gerifaltes de su conservador y sobrecrecido partido, sin sobresaltarse lo más mínimo, les soltó una frase sobresabida: “más vale que sobre que no que falte, pero sin sobrepasarse”. Sobresalía la cruenta amenaza velada. Alguno no se había sobrepuesto todavía a la sobreimpresión de aquellos sobrecalentados momentos.

Aquí pongo una pausa a esta sobresaliente historia. Veremos cómo sobrevienen los próximos acontecimientos. Pero parece claro que Luis sobrevivirá.

Estupefacción sobreañadida.


P.D.: Sería un acto de sobredimensión jocosa si el PP solicitara ahora el acercamiento de sus presos. 

(Este artículo debía haber sido publicado en El Independiente de Cádiz del 4 de Julio de 2013, pero el día antes cerró su edición en papel)

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