Les confieso que soy un ferviente enamorado de la causa
isobárica y por ende, de toda la meteorología en general. Las isobaras son
aquellas curvas que vemos en los mapas del tiempo que unen puntos con igual
presión atmosférica. Siempre he sido muy amante de las curvas…
Lo primero que hago al levantarme no es beberme el primer
orín de la mañana como recomendaba el inefable Xtumari Alfaro, sino consultar
ávidamente mis múltiples aplicaciones expertas en meteorología que me ofrece mi
singular aparato de telefonía móvil. Hasta que Windguru no da su beneplácito me
niego a pisar la calle.
Existe gente creyente que tiene en su casa miles de santos y
dioses varios. Mi santísima trinidad la componen tres grandes fotos que
presiden el salón de mi casa: la de Paco Montesdeoca, la de Julio Marvizón y la
del ínclito Jose Antonio Maldonado. Me da vergüenza asumir que les tengo una
insana devoción pero es la verdad.
Muchos van ahorrando como hormiguitas durante el año para
poder escaparse de vacaciones a rincones ansiados por su belleza, sus gentes o
su historia. Durante años mi mayor ilusión era irme en el período estival a Las
Azores a ver in situ su famoso anticiclón. Aunque les informo que visto en
primera persona decepciona un poquito. Por televisión parece más grande.
Y ahora me ha dado por tener una granja con varias docenas de
gallos de Portugal. Pero no esos que están pintados con estridentes colores,
no. Me refiero a aquel que tiene un pelaje que es un barómetro y te advierte
del tiempo que va a hacer en el día. Si se pone azul ponte una rebequita que va
a hacer fresco, si torna a rojizo significa que el viento del Sahara “is coming”. Por cierto, advertencia: nunca
se les ocurra poner dos juntos porque si por casualidad dan pronósticos
diferentes pueden ver en directo una fabulosa pelea de gallos. Esta defensa a
ultranza de los estupendos gallos de Portugal no tiene nada que ver con mis
recientes inversiones en acciones de una empresa fabricantes de dichos
artefactos en la lejana Bangladesh…
Estupefacción.
(Publicado en El Independiente de Cádiz el 20/05/2013)
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