jueves, 23 de mayo de 2013

Regreso al futuro


Me ha venido a la mente la mítica película de Robert Zemeckis. Y es que parece que me he sentado en el famoso DeLorean y he aparecido cuarenta años atrás. Tenemos ejemplos todos los días.

Porque en la España del decimotercer año del vigesimoprimer siglo hay pueblos y ciudades por las que ya no va a parar el tren porque está por encima de sus posibilidades.  El ferrocarril es un lujo y siempre podrán usar medios alternativos para desplazarse a las grandes capitales, como el burro o cualquier otro animal de labranza. O si no que cojan un avión que hay que darle uso a los 46 aeropuertos que gestiona AENA. Ahhhhh, que tampoco tienen aviones, claro. Cojan el burro, lo dicho.

Tenemos informativos de televisiones públicas donde se les exhorta a los parados al rezo diario como solución a sus problemas. También realizan reportajes sobre la vestimenta atrevida de nuestras hijas y publicitan talleres de ciertos pedagogos para el comportamiento y el decoro que esta sociedad está perdiendo las benditas formas. Además no hay que olvidar que prestigiosos ministros nos aconsejan ducharnos con agua fría, comer productos caducados y no despreciar los insectos como futuro en nuestra dieta por su aporte proteico.

Y es que somos un país tradicional apegados a sus ancestrales costumbres, costumbres como la de emigrar a Alemania a buscar trabajo o viajar a Londres para abortar. Cada cosa en su sitio correspondiente.

Me comenta un amigo, profesor para más señas, las curiosas dicotomías que se producen con la nueva ley de educación. La asignatura de Religión pasa a ser tan importante como la Física. En una te dicen que se puede caminar sobre las aguas y en la otra que es imposible. Ambas cuentan lo mismo para obtener una beca. Es lo que hay…

¿Estamos en 2013 o en 1973? Quiero montarme de nuevo en el DeLorean y regresar al futuro, como en la película, pero ya. A lo mejor lo próximo es que una mujer que quiera abrir una cuenta en un banco deba ir con el permiso y la firma de su marido...

Estupefacción.

(Publicado en El Independiente de Cádiz el 23/05/2013)

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